Sentir, tocar, abrazar, reir
1 Opiniones REALes REALizado por REAL el lunes, 8 de septiembre de 2008 a las 1:38.
Extrañar.
¿Por qué siempre el vacío por lo que ya no está en vez de la satisfacción por haberlo tenido?
¿Por qué el placer no es retroactivo? Es como abrir la ventana para que entre el frío cuando refresca en verano y congelarse en ese momento pensando que así se mantendrá más fresca la casa cuando vuelva el calor. Eso no ocurre.
Pasarla bien es genial mientras dura.
Luego el contraste con la monotonía se hace mayor. Luego de haberte relajado pensás, te cambia la perspectiva por un tiempo, hasta que te adaptás nuevamente a lo de siempre y a la falta de opciones y variedad. A lo que debés hacer sin elegir.
Y me pregunto qué es lo que extraño. Y es un todo, es el reirse, el compartir, el interactuar, la adrenalina del encuentro, una caricia, una palabra, una esperanza.
Pensar en si habrá cancha de paddle en vez de preocuparse por un porcentaje de un laburo. Decir boludeces impunemente en vez de las formalidades automáticas o las palabras que sólo son sonidos de las cuerdas vocales en vez de intenciones del alma puestas en tu boca. Que despertarse signifique empezar un día más de diversión sin compromisos. Que te genere expectativas ver esos ojos de nuevo, aunque al mismo tiempo te deje un sabor amargo. Poder observar el cielo en compañía, hacer lo que te gusta de a varios, dejar una marca, por más pequeña que sea, en muchas personas que te escucharon.
Extraño estar en la cancha en vez de en la tribuna. Porque en el campo de juego de la cotidianidad no conozco las reglas y siempre voy al banco de suplentes mientras que en esos momentos soy titular.
Más allá de que siempre es agridulce el sabor. De que abrirse o sentir trae siempre de los dos tipos de sensaciones porque te mueve. Más allá de todo lo que me cuesta entender a las personas y que esa búsqueda de códigos, sensaciones, compañía, parece siempre una utopía. Y que por eso mismo todo eso tampoco hace durar mucho la sonrisa, porque nunca cierran las cosas del todo y anhelás ya desesperadamente que un día cierren. Porque querés dejar de tener charlas teóricas sobre lo que esperás o buscás y que nada se plasme en hechos. Porque por más lindo que sea lo que está sucediendo a tu alrededor, no podés evitar sentir que es más superficial de lo que deseás y que se torna imposible profundizarlo, sentirlo como vos necesitás, sin paredes, distorsiones o indiferencias.
Abrirse y darse cuenta que una vez más estás en cero porque no hay forma de comunicarse con alguien que dice querer comunicarse con vos, es frustrante y mi frustración no puede evitar manifestarse en silencios y decepción. O ver que la confianza no llega por más que hayas hecho méritos, o que nunca vas a poder hablar, charlar, compartir desde el fondo, sin tapujos y con mucho sentimiento del que a vos te llena. Poder abrazarte y reir, sentir ese calor que te hace falta en vez de boludeo, distancia, frialdad y falta de espontaneidad.
Sentir, tocar, abrazar, reir.
Sentir que nadie tiene la culpa pero que forzar las cosas es al pedo porque uno sabe perfectamente lo que busca, de acuerdo a lo que siente y le hace bien.
Es agridulce: por una afinidad percibida, varias afinidades descartadas.
Por belleza disfrutada, belleza que quedará en el olvido. Por pizca de tiempo compartido, raudales de tiempo desperdiciado en soledad.
Querer poner un decodificador a ver si la forma de expresar del otro podés llegar a entenderla o que te sirva pero darte cuenta que no hay decodificador que valga para esas cosas y que la mayoría de las transmisiones que recibís son ruido.
Sabés que ganás en compañias pero no en relaciones con tus códigos, tiempos o intereses.
Trataré de rescatar lo bueno, lo nuevo acumulado y de resignarme a lo que no puede ser simplemente porque es como es, sin culpas o motivos. Aunque las búsquedas y anhelos máximos siempre sigan igual de inexplorados, de insatisfechos, de intocables.
Quizás la sensación de extrañar algo signifique que si lo extraño haya sido bueno y si así lo fue sea repetible.
Sí, volví a Buenos Aires y se nota.
Volví al MSN en vez de a un abrazo.
¿Por qué siempre el vacío por lo que ya no está en vez de la satisfacción por haberlo tenido?
¿Por qué el placer no es retroactivo? Es como abrir la ventana para que entre el frío cuando refresca en verano y congelarse en ese momento pensando que así se mantendrá más fresca la casa cuando vuelva el calor. Eso no ocurre.
Pasarla bien es genial mientras dura.
Luego el contraste con la monotonía se hace mayor. Luego de haberte relajado pensás, te cambia la perspectiva por un tiempo, hasta que te adaptás nuevamente a lo de siempre y a la falta de opciones y variedad. A lo que debés hacer sin elegir.
Y me pregunto qué es lo que extraño. Y es un todo, es el reirse, el compartir, el interactuar, la adrenalina del encuentro, una caricia, una palabra, una esperanza.
Pensar en si habrá cancha de paddle en vez de preocuparse por un porcentaje de un laburo. Decir boludeces impunemente en vez de las formalidades automáticas o las palabras que sólo son sonidos de las cuerdas vocales en vez de intenciones del alma puestas en tu boca. Que despertarse signifique empezar un día más de diversión sin compromisos. Que te genere expectativas ver esos ojos de nuevo, aunque al mismo tiempo te deje un sabor amargo. Poder observar el cielo en compañía, hacer lo que te gusta de a varios, dejar una marca, por más pequeña que sea, en muchas personas que te escucharon.
Extraño estar en la cancha en vez de en la tribuna. Porque en el campo de juego de la cotidianidad no conozco las reglas y siempre voy al banco de suplentes mientras que en esos momentos soy titular.
Más allá de que siempre es agridulce el sabor. De que abrirse o sentir trae siempre de los dos tipos de sensaciones porque te mueve. Más allá de todo lo que me cuesta entender a las personas y que esa búsqueda de códigos, sensaciones, compañía, parece siempre una utopía. Y que por eso mismo todo eso tampoco hace durar mucho la sonrisa, porque nunca cierran las cosas del todo y anhelás ya desesperadamente que un día cierren. Porque querés dejar de tener charlas teóricas sobre lo que esperás o buscás y que nada se plasme en hechos. Porque por más lindo que sea lo que está sucediendo a tu alrededor, no podés evitar sentir que es más superficial de lo que deseás y que se torna imposible profundizarlo, sentirlo como vos necesitás, sin paredes, distorsiones o indiferencias.
Abrirse y darse cuenta que una vez más estás en cero porque no hay forma de comunicarse con alguien que dice querer comunicarse con vos, es frustrante y mi frustración no puede evitar manifestarse en silencios y decepción. O ver que la confianza no llega por más que hayas hecho méritos, o que nunca vas a poder hablar, charlar, compartir desde el fondo, sin tapujos y con mucho sentimiento del que a vos te llena. Poder abrazarte y reir, sentir ese calor que te hace falta en vez de boludeo, distancia, frialdad y falta de espontaneidad.
Sentir, tocar, abrazar, reir.
Sentir que nadie tiene la culpa pero que forzar las cosas es al pedo porque uno sabe perfectamente lo que busca, de acuerdo a lo que siente y le hace bien.
Es agridulce: por una afinidad percibida, varias afinidades descartadas.
Por belleza disfrutada, belleza que quedará en el olvido. Por pizca de tiempo compartido, raudales de tiempo desperdiciado en soledad.
Querer poner un decodificador a ver si la forma de expresar del otro podés llegar a entenderla o que te sirva pero darte cuenta que no hay decodificador que valga para esas cosas y que la mayoría de las transmisiones que recibís son ruido.
Sabés que ganás en compañias pero no en relaciones con tus códigos, tiempos o intereses.
Trataré de rescatar lo bueno, lo nuevo acumulado y de resignarme a lo que no puede ser simplemente porque es como es, sin culpas o motivos. Aunque las búsquedas y anhelos máximos siempre sigan igual de inexplorados, de insatisfechos, de intocables.
Quizás la sensación de extrañar algo signifique que si lo extraño haya sido bueno y si así lo fue sea repetible.
Sí, volví a Buenos Aires y se nota.
Volví al MSN en vez de a un abrazo.
Etiquetas: personal, Relaciones, star party
