REALciones

Hoy me focalizaré en la dualidad virtual/real que motivó el inicio de este blog.
Más que generalizar, me enfocaré en situaciones reales que he experimentado en el último año. Desilusiones, generadas obviamente porque deposito ilusiones en personas y en vínculos que siento de una manera que no son.
A través de mis blogs comparto cosas que me interesan, música, experiencias personales, ideas. Siempre me gustó el hecho de comunicarme a través de esas cosas en común. Y cada tanto a través de esos medios surgen contactos con los que pegás más onda y terminan en el MSN.
En este caso no se trata de relaciones con aspiraciones a algo sexual o con alguna intención amorosa, fueron interacciones que se fueron dando, linda comunicación que llevaba a lo que yo sentía como una amistad, y muy real. O sea, no eran ODDs (Objetos De Deseo) sino "amigas".
Quizás es entonces más choto aún el ver cómo esas interacciones siguen estando dominadas por la dualidad que aquí intento relatar. Siempre parece haber un límite implícito y sin sentido en el que todo lo vivido hasta el momento inmediatamente anterior a la llegada a ese límite deja de tener significado por completo, como si no hubiera existido.
Si hubiera sucedido una vez podría atribuirse a un hecho aislado o a un raye personal de alguien, pero no. Se repite una y otra vez.
Varias de esas ciberrelaciones (ahora sí las llamo así, en su momento para mí eran mucho más que eso, pero evidentemente fue un invento mío) duraron meses, hasta más de un año, y llegué a tener sentimientos muy lindos hacia esas personas y una gran confianza, la cual sentí retribuída por parte de ellas. Chatear, escucharse (bueno, leerse), buscarse, preocuparse, confiar, analizar juntos las relaciones y sus problemas, criticando comportamientos que no comprendíamos en los demás... Sí, porque supuestamente compartíamos un código común y podíamos ver esas diferencias, analizar nuestros problemas con los demás, nuestras tristezas y nuestras alegrías.
Pero señores, no se crean que compartir todo eso puede hacer que eso mismo que se criticaba no les pase a los dos que parecían recorrer el mismo camino. No sólo les pasa sino que de la peor manera, porque cibernéticamente, la desaparición o el desplante es instantáneo, repentino y te deja con la boca abierta, no importa los meses o años que compartiste. De hecho, no importa nada un carajo.
Y en sus diferentes variantes:

*tu amiga que venía de visita desde su lejana ciudad a la tuya (lo cual daba la oportunidad de conocerse finalmente después de tantos momentos lindos compartidos), puede borrarse olímpicamente y no tener tiempo para verte (claro, total, la próxima oportunidad se va a dar sólo en... ¿dos años?).

*O tu amiga que se copaba hablando de tantas cosas con vos y que compartía tus gustos musicales, de repente no te devolvió tu primer llamado telefónico ni la ventanita de MSN que le dejaste, justo antes de aquel recital que tanto habían imaginado y que les permitiría conocerse (más fácil volver a hablar como si nada al día siguiente del recital, ¿no?).

*O tu amiga con la que compartías sensaciones, risas e historias personales, cuando surge la posibilidad de un encuentro resulta que no lo quiere planear porque capaz cuando llega el día no tiene ganas o le surgió otra cosa... (Y sí, cualquier otro plan posterior puede ser más importante que esa estupidez de ver por primera vez en persona a tu ciberamigo, y es obvio que podés no tener ganas de semejante trivialidad).

El denominador común de estas historias es: la aparición de la posibilidad de convertir el vínculo en real. Ese es el comienzo de la debacle. Debacle que dura una infinitesimal fracción de todo lo que compartieron juntos por el medio virtual, pero que queda completamente pisoteado, bastardeado e ignorado como si no hubiera existido. Como si no tuvieras una entidad real para ellos. Cosa que en el diario devenir de las interacciones que tenían, ni soñando te lo hubieras imaginado. Pero como dije antes, no es un caso aislado, por lo cual es inevitable concluir que sea cual sea el vínculo que construyas nunca podrás estar seguro de que se trata de algo fuerte o que pueda atravesar la barrera del monitor. Parece ser que esa barrera es mucho más fuerte de lo que pensé.
Y la sensación es esa: el sentirte completamente PRESCINDIBLE y con una historia común completamente virtual que ha sido borrada de sus discos duros para seguir adelante con el siguiente entretenimiento personal.
No es que el borrarse sin hacer nada, pasivamente, sea exclusividad de los vínculos virtuales, se da también en los reales, obviamente (y también tengo ejemplos, evidentemente no elijo bien a la gente), pero virtualmente es más fácil desaparecer.

Sería interesante entender los por qué.
Al final termino sintiendo que no importa lo copado del vínculo, no te van a ver nunca porque mucho de ese vínculo, de la confianza, se sustenta, justamente, en el hecho de que no te van a ver. Esa parece ser la regla en la mayoría de las geniales relaciones de internet: decir a tus amigos virtuales lo que incluso no dirías a tus amigos reales, pero porque el otro es en realidad una especie de figura mental, de útil depositario de todas esas cosas personales que te permite exteriorizarlas sin tener que mirarlo a los ojos o comprometer sentimientos que complican todo. Y si algo no te gusta lo bloqueás o eliminás de tu lista y a la mierda. Fue copado mientras duró, ahora a otra cosa, a seguir con mi vida real y chau, si total, nunca lo vi, nunca lo toqué.
Evidentemente el vínculo virtual les trae muchos menos conflictos a algunas personas. ¿Miedos?, ¿inseguridad?, ¿simple desinterés?. Capaz un poco de todo.

Cuando llego a esas instancias me doy cuenta de ciertas cosas que valoro en las personas por sobre otras. El demostrar interés es una de ellas. El hacer algo, por más que sea una estupidez, que sea infantil, incluso que no sea sano... Ver que hay ganas, que la otra persona te busca y te valora. Que no te deja ir así como así para caer en la nada, en el silencio y en el olvido frío, cruel e irremediable.
Están las personas que están o intentan estar y las que simplemente se van e ignoran todo, hacen de cuenta que nada pasó y siguen con lo demás haciendo la vista gorda al conflicto y a lo que pueden perder en el proceso. Porque algo pierden. Por más inentendible que sea cómo termina todo, yo no inventé toda la relación que existió y sé que ellas también sintieron y compartieron, tiempo (horas y horas), sensaciones, etc. Pero eligen pagar ese precio antes que cambiar algo o enfrentar por qué todo se termina. Evidentemente ese precio es demasiado bajo y yo valgo más que eso.

Les dejo el link a mi Space musical con la traducción de un tema que me gusta mucho (tiene un solo de guitarra muy Pink Floyd) del grupo holandés/mexicano de metal gótico Stream of Passion, ya que hablamos de virtualidad. Con ustedes, Computer eyes.

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